Resultados de mi práctica docente
Trabajar con los buenos
alumnos es fácil, casi nos llevan de la mano. Ellos saben qué hacer y hasta se
adelantan a lo que les vamos a pedir. Lo difícil es trabajar con alumnos a los
que se les dificulta la asignatura o que son académicamente problemáticos.
Para identificar a
estos chicos basta con pasar lista diariamente, con esta acción, puedo ver
quiénes son los que llegan tarde o no asisten. La segunda falta en una semana
es señal de alerta, lo que hago es preguntar al grupo: ¿Alguien sabe por qué
fulanito o sotanito no asistió? El propósito es que todos se den cuenta que
estoy contando la asistencia y que estoy pendiente de las ausencias. Después me
tomo un minuto para mandar un mensaje o hablarles al celular (la gran mayoría
tiene) para preguntar qué pasa. Estas simples acciones hacen que los alumnos
valoren la asistencia.
En muchas ocasiones los
alumnos asisten y sólo entregan tareas cuando son en equipos, cuando se trata
de tareas individuales, no trabajan. Para saber quiénes son esos chicos, lo que
hago es revisar las tareas. Paso rápidamente entre las filas y veo los avances,
no sé si lo que hacen es correcto o incorrecto, o qué nivel de competencia han
desarrollado, pero lo que hago es enfocar a quienes no se atreven a hacer algo.
Voy preguntando por los avances del grupo: ¿Quiénes han logrado resolver tres
problemas?¿Quiénes han logrado resolver dos problemas? ¿Quiénes un problema?
¿Quiénes no saben por dónde empezar? Con esta última pregunta identifico a
aquellos que tienen mayores dificultades. En ese momento hago una pausa con las
actividades y explico nuevamente el tema o paso a algún alumno adelantado a que
explique cómo hizo para empezar. Por lo general cuando los alumnos no saben ni
por dónde empezar es porque no hicieron una tarea previa o porque no asistieron
a una clase previa. Cuando se da el caso de que la mitad o más de la mitad del
grupo no sabe qué hacer, es porque la instrucción que di no está clara o no
expliqué suficientemente un tema, entonces explico nuevamente o ejemplifico más
casos.
Puedo decir con orgullo
que en cuestión de enseñanza he sido exitosa, he logrado que la mayoría de mis
alumnos saboreen los éxitos del aprendizaje. Es una alegría mirar sus rostros
de satisfacción cuando logran hacer bien las cosas que ni siquiera imaginaban.
También he tenido los inevitables fracasos. Fracasos que se han dado,
generalmente, cuando el alumno ya no tiene interés en la escuela. Cuando el alumno no le encuentra sentido a la
escuela es muy difícil lograr que se interese por las matemáticas.
La enseñanza ha ido
cambiando con los avances de la ciencia y la tecnología, son inevitables los
cambios en la práctica docente. Hace varios años empecé a usar el correo
electrónico para comunicarme con los estudiantes y hacer más eficiente el tiempo
en el aula, procuré utilizar softwares y
paquetería como Winplot, Excel, Power Point, Cabrí, Geogebra, SmartArt, etc, como apoyo a las actividades. Después empecé a utilizar el facebook con el
mismo propósito. A partir de 2012 empecé a utilizar una o más plataformas educativas (Khan Academy y
NEO) para mis cursos. Los alumnos se desempeñan muy bien en las cuestiones
digitales, he aprendido mucho de ellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario